SUTIL PERO IMPORTANTE

Los que habéis llevado a cabo ensayos en SPORT LAB encaminados a mejorar vuestro rendimiento, sabéis que nuestra principal herramienta es el Estudio Biomecánico.

Hay veces que la mejora es muy notoria y otras en las que es aparentemente menos evidente. Depende de cómo venga el conjunto sujeto-bicicleta: si viene muy mal, el momento mágico de pedalear tras el ajuste es casi una catarsis que impacta en el ciclista.

En otros casos, el ciclista viene con una posición más cercana a la ideal y también se nota la mejora, pero no de forma espectacular ni inmediata, sino que se siente en el momento con intensidad moderada y se perciben sus efectos en la siguiente salida.

¿Qué ocurre si el sujeto es un ciclista de nivel? ¿Qué pasa si no es su primer estudio biomecánico con SPORT LAB? ¿Puede un leve cambio en la bicicleta arrojar un resultado positivo? Sin duda.

Cuanto más veces se produzca el hecho (pedalada), más incidencia negativa tiene si no se hace bien. Si el desajuste en nuestro material es notorio y pedaleamos 15 kilómetros al año en el paseo marítimo de turno en las vacaciones, podríamos quitar el manillar sin claros efectos secundarios. Sin embargo, cuando nuestra postura en la bici es incorrecta pero por un mínimo margen, parece que el daño es menor. Eso parece decir la razón, pero si ese pequeño malestar, imperceptible incluso, se repite millones de veces porque eres un avezado ciclista que hace 10.000 kilómetros al año, surge un problema. Como bien dice Pablo, los más insignificantes desajustes en la posición del ciclista son los más peligrosos porque su mínimo efecto negativo no da la cara de forma palpable y pronta.

No nos sentimos mal tras 2.000 kilómetros, hay una molestia tenue a los 4.000. A los 6.000 tendremos una dolencia, patología o lesión que ni SPORT LAB puede solucionar. Por tanto, los que más montáis en bici debéis estar perfectamente posicionados. Nuevos pedales, nuevas manetas, nuevo manillar, nuevas bielas, etc. pueden ser factores adversos si no se lleva a cabo un minucioso ajuste tras el cambio. Este ajuste es factible, a veces, recalculando en el laboratorio la posición y extrapolándola a la bicicleta vosotros mismos. Por teléfono, vamos. Hay otros casos en los que poder rendir al límite no transige con faltas de precisión.

Uno de nuestros clientes/amigos, y que está leyendo esto en este momento, ha pasado por nuestro laboratorio para llevar a cabo un ajuste de su bicicleta. No hablamos de un ciclista de Verano Azul, sino un deportista de nivel.

Vais a ver dos vídeos. Los ajustes de la bici parecen ser iguales. Justo es eso lo que pasa: parecen iguales, pero no lo son. No es necesario el metro y la plomada para diferenciar las medidas. Fijaos como el ciclista pedalea de forma ciertamente irregular en el primer vídeo. Parece saltar levemente en el sillín. Su pedaleo no es redondo y, a tenor de su rostro, todo cuesta un poco más.

Vamos al segundo vídeo. Percibid la fluidez, la finura del pedaleo y, atentos, la expresión más relajada de su rostro. Todo esto indica que, a igualdad de esfuerzo, se rinde más. Dicho de otro modo, correr lo mismo cuesta menos.

Poco queda que añadir.

 

 

ANTES / BEFORE

 

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